Mágicos duendecillos,
servidores de San Patricio,
que al final del Arco Iris,
guardáis vuestros calderos,
llenos de oro y riquezas.
Con vuestros juegos,
alegráis nuestras vidas,
con vuestros regalos,
acrecentáis nuestras fortunas,
al propiciar la buena suerte,
nos llenáis de ilusiones y alegría.
servidores de San Patricio,
que al final del Arco Iris,
guardáis vuestros calderos,
llenos de oro y riquezas.
Con vuestros juegos,
alegráis nuestras vidas,
con vuestros regalos,
acrecentáis nuestras fortunas,
al propiciar la buena suerte,
nos llenáis de ilusiones y alegría.
¡Venid a mi hogar, os invito!
La buena cerveza de Malta
preparada está para recibiros,
las golosinas de miel abundan
para todo aquel que quiera
llenar su barriga hambrienta.
Traed con vosotros la alegría,
la buena suerte y la fortuna,
y vuestras travesuras serán celebradas,
juntos reiremos y jugaremos.
En mi casa encontraréis,
un confortable lugar para permanecer,
yo cuidaré de vosotros,
con amor y con ternura,
y mi fortuna acrecentaréis,
proporcionándome una vida generosa,
en bienes y en aventuras.
Aquí está vuestra casa,
duendecillos generosos,
y estoy yo para cuidaros,
esperándoos estoy.
q vuenos duedesllos ayan a los povres
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