La confianza en Dios Padre es el antídoto para un corazón atribulado. Todos nosotros aspiramos a tal confianza en Dios: cierta fe, seguridad y paz en aquellos momentos en que nuestro propio mundo parece desmoronarse. A todos nos gustaría mirar una crisis en nuestras vidas con el mismo tipo de confianza en Dios.
Debemos desarrollar una confianza nacida también de una comprensión sólida de la identidad de la persona en cuyas manos hemos confiado nuestras vidas y nuestro destino eterno.
ORACIÓN
Señor Dios, Padre Nuestro:
Te pedimos que nos bendigas y te alabamos,
Por la tierra y la existencia que nos has dado.
Te pedimos luz y entendimiento,
para todos los hombres y mujeres
de nuestro planeta.
Protege a nuestras familias,
danos Padre,
el pan de cada día y que no nos falte jamás.
Que haya justicia para todos.
Devuélvenos Padre la confianza en nosotros,
y en todo nuestro planeta.
Que todos tengamos pan, techo y trabajo.
Haz de todos nosotros oh, Padre Creador,
hombres y mujeres nuevos y mejores,
más honestos, más sinceros y caritativos.
Constrúyenos el camino hacia una civilización
de amor y del amor infinito.
Haz Padre Creador, de todos nuestros países,
lugares prósperos y fértiles,
en donde reine la armonía,
y la nueva generación se levante dispuesta,
a trabajar unida, sin egoísmos, sin maldad,
por una nueva Tierra renovada,
llena de positivismo, de amor y de hermandad.
Gracias Padre Supremo,
Padre de Luz y Amor:
Pues este es el deseo de toda la humanidad.
¿Confiar en Dios: en última instancia, se trata de rendirse?
Es una promesa notable y a menudo mal entendida que es fácilmente explotada por los maestros de los falsos evangelios. La promesa es verdadera pero está atenuada por la enseñanza de que Dios responde a todas las cosas de acuerdo con su voluntad. Aquellos que viven en Cristo y en quienes vive su palabra pedirán de acuerdo con la voluntad de Dios y encontrarán cumplidas esas solicitudes. La oración es una expresión de fe, al igual que todos los actos de obediencia y todas las tentaciones resistidas.
En nuestros tiempos de crisis, rezamos fervorosamente, quizás incluso debatiendo con Dios como lo hizo Job, para que Dios altere las circunstancias, recordando que la oración es un acto de confianza en Dios. Pero cuando la voluntad de Dios revela que debemos atravesar la crisis, aprendemos a rendir nuestra voluntad también como un acto de confianza.
La confianza en Dios implica la aceptación y el abrazo de la voluntad de Dios. Implica rendirse a la voluntad de Dios. Jesús oró para que no tuviera que beber la copa, pero luego se rindió a la voluntad de Dios.
