Verdaderamente eres santo,
Glorioso Francisco de Sales,
capaz de transformar
capaz de transformar
el corazón más sufriente y apenado
en disfrutes de gozos y delicias
para gloria de Nuestro Señor.
Todos tus actos fueron grandes,
Todos tus actos fueron grandes,
destilando la miel de la piedad,
el amor a Dios y a tus semejantes,
la compasión y la piedad.
Te ruego me acojas bajo tu protección,
para poder imitarte y aprender de ti
el verdadero amor,
para poder poner en mi vida
la paz y el sosiego que tanto necesito.
Préstame tu ayuda santo mío,
para salir de la depresión que me inunda,
que me atemoriza, que me corroe,
de las angustias injustificadas
que siento día a día,
de los miedos y temores que me acechan.
Glorioso San Francisco de Sales,
devuélveme las ilusiones perdidas,
las ganas de luchar y sobrevivir,
devuélveme la armonía y la paz,
y sobretodo las ganas de vivir,
que pierdo día a día.
Resuelve mis conflictos buen santo,
dame fuerzas, un buen estado de ánimo,
enséñame la humildad interior,
la dulzura de nuestro exterior,
la dulzura de nuestro exterior,
y la imitación de todas las virtudes
que has sabido copiar de los Corazones
que has sabido copiar de los Corazones
de Jesús y de la Virgen María.
Amén.
