Gloriosa Virgen Inmaculada de Lourdes,
Sed por siempre bendita y alabada:
Purísima Virgen,
que os habéis dignado aparecer
hasta diez y ocho veces,
muy resplandeciente de luz,
dulzura y hermosura
en la solitaria gruta,
y decir a la humilde niña
que os contemplaba extasiada:
"Yo soy la Inmaculada Concepción".
Sed para siempre bendita
Sed para siempre bendita
por todos los extraordinarios favores
que no cesáis de derramar en este lugar,
haciendo las curaciones más milagrosas,
dando fe y vigor a los enfermos,
y sanándoles de alma y cuerpo.
Hoy comparezco ante ti,
pera pedirte por la salud de:
(decir el nombre del enfermo)
pues estando bajo tu protección y amparo
tengo la certeza de que sanará
de todas sus dolencias.
Por la ternura de vuestro sagrado
e Inmaculado Corazón,
oh María,
escuchad mi ruego,
pues vos sois la Salud de los enfermos.
Amén.