Amorosa soberana, Reina de los Cielos,
Madre Santísima del Rosario,
inmenso tesoro del Cielo,
que por el poder divino
fuiste destinada por la Santísima Trinidad,
para ser Madre del Unigénito Hijo de Dios,
y por eso eres llena de Gracia
desde el instante de tu Concepción.
Amada Señora y Reina mía,
eres el remedio universal para todo mal
por la infinita sabiduría, gloria,
y misericordia del Altísimo,
en su intención de salvar
y socorrer al mundo
que se estaba desolado y perdido
por la culpa del pecado original.
Eres la Madre de inmensa misericordia,
en quien confiamos todos los pecadores
para liberarnos de los rigores de la divina justicia,
y constantemente manifiestas
el amoroso cuidado que de nosotros tienes,
especialmente por quienes veneramos
tu milagrosa Imagen de Chiquinquirá,
en la que observamos tu ilustre dignidad
de verdadera Madre de Dios,
y por lo tanto verdadera Madre
de nosotros, hombres pecadores.
Madre milagrosísima que a la vez
que renuevas tu imagen
en un lienzo roto y maltratado,
también renuevas con tu milagroso poder,
en el tosco lienzo de nuestros corazones,
la imagen de tu Hijo bendito.
Es imposible poder contar,
Es imposible poder contar,
Soberana Princesa de la gloria,
las conversiones que haces
con los pecadores endurecidos.
Tan solo con ver tu imagen
son infinitas las almas
que han caído rendidas
a las dulces influencias de la gracia.
En este día, humildemente te suplico,
Señora y Madre mía,
que la misma misericordia
que te inclinó a visitarnos en tu Renovación,
mueva también tu piedad
con este pobre pecador,
y me regales tu preciosa ayuda
para resolver las dificultades
que atravieso en este preciso momento,
y que tu mejor que nadie conoces.
(Exponer el problema y hacer la petición)
Que por la intercesión de tus gloriosos siervos
San Andrés apóstol y San Antonio de Padua,
llegue mi ruego a ti, madre amada,
porque en ti deposito toda mi confianza
junto con la veneración y el amor
que siempre te he mostrado.
Ten piedad de mi, Señora bondadosa,
no me dejes en el olvido
porque soy tu hijo y en ti confío.
Amén.