Santísima Virgen María de la Merced,
Madre de Dios y Madre nuestra,
por esta augusta cualidad vuestra,
digna de los más profundos respetos
de los ángeles y de los hombres
hoy acudo a Vos
como uno de vuestros amantes hijos,
pues ya sabéis Señora
que desde mi tierna infancia
os he tenido como a madre,
abogada y patrona mía.
Madre de Dios y Madre nuestra,
por esta augusta cualidad vuestra,
digna de los más profundos respetos
de los ángeles y de los hombres
hoy acudo a Vos
como uno de vuestros amantes hijos,
pues ya sabéis Señora
que desde mi tierna infancia
os he tenido como a madre,
abogada y patrona mía.
Desde siempre me habéis mirado
con bondad y misericordia
y de vuestras santas manos
y por vuestra intercesión,
me han llegado todas las gracias
que he recibido en mi vida.
Hoy humildemente recurro a Vos
a implorar el socorro y la liberación
de un preso, pues Madre mía,
Vos prestáis especial atención hacia ellos,
tan necesitados de vuestro amor,
misericordia, ayuda y protección:
(Decir el nombre de la persona)
Por favor Santísima Madre de la Merced,
perdonadle, abrid nuevos caminos para él,
otórgale la libertad prontamente,
pues su arrepentimiento es sincero,
y su familia le necesitamos,
su hogar le está esperando.
perdonadle, abrid nuevos caminos para él,
otórgale la libertad prontamente,
pues su arrepentimiento es sincero,
y su familia le necesitamos,
su hogar le está esperando.
Vos sois poderosa Santísima Virgen,
y puedes abrir los cauces necesarios
para que le sea otorgada la libertad
y que pueda tener una nueva oportunidad.
y puedes abrir los cauces necesarios
para que le sea otorgada la libertad
y que pueda tener una nueva oportunidad.
Nuestro agradecimiento será sincero,
y tendréis nuestra devoción y fidelidad
por todos los días de nuestra vida,
para que después de ella merezcamos
veros y gozaros en la eterna felicidad
junto a vuestro amado Hijo,
y tributaros rendidos a vuestros pies
nuestra más ferviente devoción.
y tendréis nuestra devoción y fidelidad
por todos los días de nuestra vida,
para que después de ella merezcamos
veros y gozaros en la eterna felicidad
junto a vuestro amado Hijo,
y tributaros rendidos a vuestros pies
nuestra más ferviente devoción.
Amén.
